A diferencia de las milongas tradicionales, que suelen estar dirigidas a un público específico y exigente, La Itinerante rompe con esa estructura y abre el tango a todos. Aquí, tanto quienes desean sumergirse en la pista como quienes prefieren simplemente disfrutar de la música en vivo encuentran su lugar. Es una experiencia sin barreras, donde el tango se vive con libertad y sin prejuicios.
Así, La Itinerante se convierte en un punto de encuentro, un viaje sonoro y emocional que mantiene vivo el espíritu del tango mientras lo proyecta hacia el futuro.
Pueden seguirlos en @la.itinerante_






